Llevaba unos días dándole vueltas a mi siguiente entrada en
el blog y no lograba encontrar el tema que me motivase a escribir unas líneas.
Podría haber tratado de hablar de los recientes éxitos y
triunfos de los clubs deportivos que han logrado ascensos de categoría o
incluso jugar por primera vez el play off que daría acceso a la 2ª división B
del fútbol nacional. Pero esta opción ha quedado descartada pues no conozco lo
suficiente el mundillo del futbol y baloncesto amateur y más concretamente el
villalbino, con lo cual el resultado de la entrada iba a ser un poco light. Aun
así, todo mi ánimo para el CUC Villalba en su duelo con el Mairena y a quien se
quiera informar bien, que siga las crónicas de Jaime Fresno a través de El Farodel Guadarrama o su blog De Atocha a Chamartín.
Podría haber tratado de hacer un adelanto de lo que van a
ser las fiestas de San Antonio, que como quien no quiere la cosa están aquí mismito.
Pero aún no ha llegado a mí poder el programa de festejos y así volvería a
encontrarme con el intento de hacer periodismo sin ser periodista y sin tener
noticia, total una castaña.
Total, que me iba a encaminar a hacer una entrada de esas
que había dejado aparcadas tiempo atrás y que podría considerar intemporal. Sin
embargo el salir un momento de casa y tener que caminar por las calles de la
que ahora quieren etiquetar como Capital de la Sierra, ha bastado para poder
hacer una entrada más en la línea de lo que suele ser mi blog.
Reconozco que últimamente no frecuento mucho la Calle Real,
pues uso otras vías alternativas que acortan mi camino hasta la Estación de
Renfe. Sin embargo en la última semana si me he visto obligado a hacerlo en
varias ocasiones y hoy ha sido uno de esos días.
El desfilar por los escaparates de las tiendas con los
cierres echados o el cartel de “Se Alquila” o “Se Traspasa” ha dejado de ser
noticia hace tiempo. Es una lacra tremenda en todo el país, pero en Collado
Villalba alcanza ya limites más que preocupantes.
Tampoco considero noticia el que una vez más, al cruzar en
Honorio Lozano a la altura del bingo, un conductor a bordo de un Mercedes me
haya hecho pegar un acelerón y aumentar mi tensión arterial por ver que no
paraba mientras yo cruzaba y él seguía acelerando según salía del túnel. Si
ayer el médico me repitió la medición, si lo llega a hacer hoy después del
cruce habría pasado a medicarme.
También dejaron de ser noticia las concentraciones de jóvenes
y no tan jóvenes a lo largo del Paseo del Rio con sus trapicheos y dándole al
lugar un aspecto que mas que la Sierra del Guadarrama parece el Harlem o el
Bronx.
Lo que si considero noticia, es que los peatones de “La
Capital de la Sierra” sigamos indefensos ante esta situación o ante la creada
en el cruce de El Canguro, donde una semana después de la gran tormenta, el semáforo
sigue sin funcionar correctamente y ningún coche para ceder el paso. Hoy he
presenciado el plante en mitad de la Calle Real de un peatón indignado porque
ningún coche paraba y a la que ha visto un hueco, se ha colado y situado en
mitad de la misma para forzar que parasen los coches y así pudiesen pasar el
resto de personas que esperaban agolpadas en la acera sin poder cruzar ante la
falta de civismo de los conductores y la avería del semáforo.
Triste escena que me hace recordar el titulo de un programa
de Faemino y Cansado, “El Orgullo del Tercer Mundo”.
Y, hablando de trapicheos, surge un nuevo local que los tolera y ampara: el "Karma", en Honorio Lozano 39. Además de botellón y escándalo permanente en la puerta. ¿La policía municipal? Pues nada, pasa por delante y no se detiene, tendrán prisa...
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