Después de unas cuantas actualizaciones que habían sido
planificadas tiempo atrás, salpicadas por algún evento puntual de actualidad,
me enfrento al reto de seguir adelante con el blog estando bastante falto de
ideas.
Por ello me puse a ojear la otra tarde un libro de los
varios que están en la estantería, “Cosas de mi Pueblo” de Luis Antonio Vacas
Rodríguez. No se trata de un libro de “la historia” de Collado Villalba, sino
un libro de “historias y visiones” de Collado Villalba. En él, la visión y
opinión del autor trata de acercarnos lugares y personajes de la historia de
este municipio, principalmente de la primera parte del siglo pasado.
Muchos de los capítulos del libro son interesantes por
cuanto gracias a él, podemos saber el motivo por el que se “bautizó” con tal o
cual nombre un lugar o estancia municipal. Pero como repito, no se trata de un
libro de historia al uso con datos científicos.
Como ya hice en otra ocasión un “fusilamiento” del citado titulo,
no era cuestión de volver a tentar la suerte de enfadar al autor por aquello de
la propiedad intelectual. Sin embargo el ojear el libro me puso en la órbita (justo
el día en que “Rafa” se tira desde la estratosfera en caída libre) de la que debía
ser la siguiente entrada. Una deuda imperdonable que debía saldar y para cuyo
pago si debo reconocer que he tirado de bastantes datos del citado libro.
Y es que tiene delito que tras casi seis años de andanzas
con el blog contando historias del pasado y del presente de Collado Villalba,
no hubiese dedicado una entrada a MADE, motivo por el que soy Villalbino desde
que nací.
Y es que mi padre como tantos otros jóvenes de su época, tuvo
que emigrar de su pueblo natal en búsqueda de mejor suerte, lo que le trajo
hasta Collado Villalba a trabajar en MADE. Pero la historia comenzó unos
cuantos años antes, cuando se comenzó a electrificar la línea ferroviaria
Madrid – Segovia.
Las empresas encargadas de tal tarea (SEMI – ABENGOA –
GRANDES REDES) tuvieron grandes problemas con el suministro de varias piezas de forja que llegaban a su
destino tarde y mal. Por ello en 1940 deciden formar un pequeño taller auxiliar
que les solventara el problema. Una pequeña empresa que se ubico en la calle
Las Mestas, al lado de SEMI (para los más jóvenes, la antigua Fabrika de
Sueños). Se constituyó con un capital de 300000 pesetas y con una plantilla de
cinco operarios, siendo su director Julio González-Valerio.
Esta modesta empresa fue capaz de con su trabajo y
superación progresar en un entorno muy difícil de materias primas y energía,
recordemos que España está recién salida de la guerra y Europa está en plena II
Guerra Mundial. Prácticamente todo el metal tiene como fin la industria bélica.
Sin embargo, solo siete años mas tarde a MADE le han salido “hermanitos” en
Ponferrada y Orense que complementan el trabajo de la fábrica villalbina.
Es por aquel entonces, cuando la fábrica de Villalba
comienza a fabricar piezas en serie conforme a un catálogo, lo que debido a la
demanda obligó a una ampliación de los talleres del municipio serrano.
Y la empresa, siguió creciendo a ritmo vertiginoso en esos
momentos gracias también a otros trabajos derivados de las obras de la línea ferroviaria
de Barcelona – Mataró. Hasta el punto de tener que montar un taller provisional
en Barcelona. En 1949 el capital social ya alcanza los 6 millones de pesetas.
En Ponferrada y Orense se comienzan a fabricar torres
metálicas, mientras que la fábrica de Collado Villalba se especializa en
herrajes metálicos con gran aceptación por parte de las empresas de energía eléctrica.
Tal es el éxito, que entre 1952-1953 los talleres se vuelven a ampliar y
cambian su ubicación al barrio de La Estrella. En ese año el capital ya alcanza
los 15 millones de pesetas y se instala el laboratorio de ensayos, lo que
permite modernizar la sección de galvanizados y se crea la Escuela de
Aprendices.
Pero 1953, es también el año en que llega el famoso
martinete alemán que permitirá fabricar piezas de gran tamaño. Paralelamente,
la fábrica de Medina del Campo pasa a ser pionera en la galvanización de torres
para líneas en España.
En los años sucesivos, la expansión continua y la
diversificación de productos también. Empieza la edad de oro de MADE y de forma
paralela, la historia que modificó un pueblo de ganaderos como era Collado
Villalba a lo que hoy todos conocemos.
Continuará…
Totalmente desconocida para mi esta historia... que continúe!!
ResponderEliminarInteresantísima la historia, llevo 35 años en Villalba pero de MADE los primeros recuerdos que tengo son los chacachaca de cada noche.
ResponderEliminarEspero con inquietud la segunda entrega :)