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lunes, 9 de enero de 2012

Resumen año 2011, septiembre y octubre. Compas de espera

Septiembre fue el mes en el que comenzamos a ver las primeras medidas verdaderamente de peso que el ayuntamiento iba a tomar con vistas a reducir ese gran problema que es el déficit acumulado y lo que es peor, unos presupuestos que de forma sistemática lo han venido engordando año tras año sin que a nadie pareciese preocuparle.


En resumidas cuentas, empezamos a conocer la poción mágica para sacarnos de la crisis, que ha resultado no ser tan mágica por lo visto hasta ahora y que se está indigestando a ayuntamiento, sindicatos, trabajadores… en definitiva a todos. Estábamos empezando a hablar del famoso ERE que tan de cabeza trae a unos y otros estos días.

Posteriormente, fue una entrevista (no sé si la última desde que dejó de ser alcalde) de José Pablo González la protagonista del blog. Había interés por conocer su postura respecto a las medidas anunciadas por el alcalde y las denuncias sobre irregularidades contractuales, facturas que salían de los cajones, etc. Pero al final, la esencia de lo que quedo de aquella entrevista, fue un discurso poco convincente en el fondo y una persona que pese a la acumulación de los mismos, ha sido incapaz de reconocer un solo error en su gestión.

Y con motivo del número redondo que significaban las 300 entradas en el blog, me permití un pequeño homenaje y autobombo recordando aquellas que más interés habían suscitado hasta ese momento, así como otras cifras de la evolución de este humilde espacio al que de vez en cuando algunos de vosotros os acercáis.

Y como despedida para el mes de septiembre, volví a recurrir a la memoria y nostalgia. Después de volver la vista atrás en entradas anteriores a algunos de los comercios y lugares más emblemáticos del pueblo, en esta ocasión tocaba rememorar actos cotidianos y tan simples como el comprar el pan o la leche. Probablemente muchos de vosotros veáis esto como algo que sucedió hace mucho tiempo, lo cual en cierto modo es cierto, pues sucedió el siglo pasado, pero a otros nos evoca tiempos de nostalgia, sabores y olores que ya no olemos ni paladeamos.

Y nos metimos en el mes de octubre, un mes en el que ahora que lo miro, estuve tremendamente relajado o en el que decidí tomar distancia con respecto a la actualidad política que salpica a nuestro pueblo y que tantas ulceras y acidez de estomago nos termina provocando.

De este modo, solamente lleve a cabo un par de entradas de las que califico como “amistosas”, es decir, aquellas que por no llevar ninguna crítica implícita, entiendo que no deberían molestar a nadie. Debo reconocer que en el caso de la primera estuve un par de días rumiando como escribirla para mostrar no solo al personaje, sino mi respeto a un colectivo desprotegido y sobre todo a aquellos que viven día a día con ellos, ya sean familiares, trabajadores y sobretodo voluntarios. En cierto modo era un recuerdo a una persona y un homenaje a otros muchos.

La segunda de las entradas vino por una petición personal de un amigo, que bien podría estar englobado dentro del colectivo que he mencionado en el párrafo anterior. Probablemente no he conocido personalmente a nadie tan comprometido con las “causas perdidas” ni más “amigo de sus amigos”. La distancia nos ha alejado y el contacto se hace mucho más intermitente, pero sin duda el recuerdo a los favores que me hizo en su momento y a esas tardes y noches en que escuchaba mis problemas o nos prestábamos a solucionar el mundo agarrados a una cerveza en el Risas aún perduran en mi memoria. Así pues, no podía negar mi pequeño granito de arena para ayudar a ese conocido de mi amigo y lo hice de la forma en que creí que mas podía ayudar, dando a conocer su causa.

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