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miércoles, 28 de diciembre de 2011

Resumen 2011. Mayo y el cambio

El mes de mayo venia totalmente condicionado por el acontecimiento político del año en lo que al ámbito municipal se refiere, esto era, la convocatoria electoral del 22M. Una cita clave para la vida municipal de los próximos cuatro años.


Si recuerdan, envié un cuestionario con unas cuantas preguntas a los candidatos, que a mi entender eran claves para podernos hacer una idea de los derroteros de las propuestas de los partidos. Utilicé este sistema, porque quería conocer respuestas concretas a cuestiones concretas, no tener un discurso en plan “corta y pega”. Quería respuestas claras y concretas, como cualquier votante, “sin anestesia”.

Así fueron cayendo las distintas preguntas del cuestionario. La primera fue relativa a la organización interna del Ayuntamiento y las repercusiones económicas de una posible reestructuración o los salarios que tendrían los concejales.

La segunda también tenía un marcado carácter económico, ya que en ella preguntaba por los recursos por los que iba a apostar cada formación para financiar las arcas vacías del municipio. Subidas de impuestos, tasas, etc.…

La tercera continuaba también con la temática económica y en ella preguntaba por las inversiones en infraestructuras que tenían previsto realizar en nuestro municipio, tanto las de financiación propiamente local, como las que se pedirían con cargo al plan PRISMA a la CAM. A día de hoy les supongo informados de que no las habrá ni de uno ni de otro tipo, ya que el Ayuntamiento no está para ningún tipo de inversión y la Comunidad de Madrid ha dejado el plan PRISMA para tiempos mejores.

Llegados a este punto, introduje una pequeña entrada dedicada a otro momento surrealista de la vida villalbina que pude contemplar como consecuencia de vivir en una sociedad multirracial y multicultural.

Pero estábamos ya en plena campaña y evidentemente tenía que ser protagonista del blog y había aún varias cuestiones sobre las que resultaba interesante conocer las posturas de los distintos candidatos. Cuestiones como el comercio, que consideré oportuno dividir en dos partes (I, II), Medio Ambiente y Cultura y ocio tuvieron su pregunta dentro del cuestionario enviado a los candidatos. Pero no por ello dejé de lado la dichosa obra del barrio de Pradillo Herrero, donde podíamos ver los primeros resultados que “chocaban a la vista”. En fin, que una imagen vale más que mil palabras.

Y justo a poco de que se cerrase la campaña electoral publique la cuestión más abierta de todas cuantas les plantee. Que resumieran en pocas palabras los motivos por los que los ciudadanos deberíamos de confiar en ellos en plena crisis no solo económica, sino de confianza en la clase política. Con esta pregunta daba por concluida la campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas.

Siempre he pensado que la campaña electoral es en gran medida una farándula que montan los partidos, porque llegados a ese punto está casi todo el pescado vendido. Vamos, que no se ganan o pierden unas elecciones por un mitin al cual han ido solo los forofos del partido y simpatizantes si previamente se les ha dado un buen bocata o se les ha financiado una excursión. Pero este año en la ecuación ha entrado una nueva variable que ponía una cierta dosis de incertidumbre al que presentíamos dudoso resultado de las elecciones municipales, la variable de la “indignación” que tanto revuelo levantó a la sombra de la “primavera árabe” y que provoco que miles de personas tomaran la Puerta del Sol para pedir cambios a nuestros políticos. Lo cierto es que pese a todo, el resultado fue el que fue y creo que resultaría muy difícil valorar el impacto que el citado movimiento tuvo en el resultado de las elecciones tanto municipales como autonómicas.

El final de mes vino monopolizado por las elecciones, primero con una jornada de reflexión que me hizo retrotraerme a mis tiempos de niño en los cuales no tenia que pensar en la responsabilidad que cada uno de nosotros tenemos a la hora de depositar nuestro voto por insignificante que pueda parecernos. Pero tras esa jornada de reflexión venia el momento esperado de depositar nuestro voto en las urnas ya estuviésemos más o menos motivados por las distintas opciones que teníamos ante nosotros y la particular reflexión que hice a posteriori una vez vistos los resultados, en los que erre en mi previsión de una victoria apurada del PP. Todo lo que ha sucedido después es motivo de otros análisis.

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