Lo reconozco, estoy sumamente perezoso y cada vez me cuesta mas actualizar el blog. Y esto no sucede porque no pasen cosas que sean merecedoras de ser contadas o de las que yo tenga mi propia opinión que no me importa compartir con aquellos que tengan a bien leer mi blog, simplemente estoy "vago", bastante tiene uno con el trabajo como para acarrearse mas tareas y la verdad, colaborar con el club en todo el complejo entramado de la Tragamillas, me ha dejado ciertamente cansado en esta edición. Creo que ese es el motivo principal por el que no he actualizado el blog en tanto tiempo y que me ha llevado a dejar a un lado las cronicas de como se ha forjado el exito de la Tragamillas 2009, que imagino retomaré en un futuro.
Sin embargo, una noticia de esas que se enlazan de forma automatica con este blog me ha sacudido en los ultimos dias. Se trataba de la muerte de Mike Schlegel. Para quien no lo sepa, Mike fue uno de los jugadores americanos, en aquellos años el maximo de jugadores extranjeros estaba en dos, que milito en el club de baloncesto de Villalba en tiempos de la ACB. Sin duda fue de los mas destacados y de comportamiento mas profesional y aunque su rendimiento en Villalba estuvo por debajo de lo que ofrecio en otros equipos, no cabe duda de que fue uno de los jugadores que mas contribuyo a que durante unos años los villalbinos viviesemos un sueño.
El primer contacto que tuve como espectador con él fue en una visita con su anterior equipo, el OAR Ferrol, en el que literalmente nos masacro desde dentro y desde fuera, endosandonos mas de 40 puntos. No recuerdo bien como fue, pero el caso es que la temporada por aquello de los play-offs fue mas larga para el Villalba que para el equipo ferrolano, lo que propicion una pequeña anecdota personal que paso a relataros.
Era el descanso de uno de esos partidos de play-offs y me acerque al bar a por una Coca Cola y alli estaba Mike. ¿Que hace este tio aqui? pensé para mi. Pero inmediatamente por mi cabeza solo paso un pensamiento ¿Será que le hemos fichado para el año que viene?. Recuerdo que a la vuelta a mi asiento en la grada, le comente al amigo con el que solia ir a los partidos mi palpito y una cosa estaba clara, todos le considerabamos el jugador ideal para ser fichado por el Villalba.
Y la corazonada se convirtio en realidad y a las pocas semanas la noticia se confirmo y Mike fue jugador del Villalba la siguiente temporada. Su versatilidad le hacia un jugador muy dificil de marcar en aquellos tiempos, cuando los jugadores altos no eran tan agiles y rapidos como los de ahora y cuando los pivots de mas de 205cm eran seres extraños. La revolución de la mezcla entre los "cuatros" y los "tres" de la que Andrés Jimenez fue su máximo exponente, aún no se habia consolidado. Lo cierto es que Pablo Casado, el entrenador del equipo aquella temporada, aposto porque jugara "abierto" y Mike no dio en esa posición la verdadera medida de sus posibilidades, cosa que si lograba cuando por las circunstancias del juego se acercaba mas a "la pintura" o aprovechaba su tiro de cuatro metros. Pero mejor leer como lo veia un antiguo compañero.
Lejos de querer enjuiciar su trayectoria deportiva y la de los jugadores de aquellos años, solo pretendo recordar una epoca de sueños y fantasia cuando todos queriamos jugar al baloncesto y en Villalba se respiraba dicho deporte por los cuatro costados y cada fin de semana que el equipo jugaba en el pabellón nos acercabamos cargados de ilusión y esperabamos el resumen que salia luego los domingos en el telediario. Cadwell, Murphy, McDonalds, Berwald, Marrero, Barros... Nombres propios de un sueño. Un sueño que no volverá como tampoco lo podrá hacer ya Mike.
D.E.P.
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