El pasado día 22 la Vuelta Ciclista a España se acerco hasta nuestra localidad para ser salida y meta de una etapa contrarreloj y mas de uno no pudimos evitar la nostalgia de recordar anteriores visitas de la prueba reina del ciclismo nacional, aunque al paso que va, la Vuelta al País Vasco o la Semana Catalana le van a quitar ese privilegio por sus recorridos mucho mas vistosos y llamativos para los amantes de este deporte.
El caso es que justo en esa mañana recibo un aviso a mi móvil para si quiero ver la Vuelta desde el punto de encuentro a lo cual accedo. Se trata de ese lugar a donde acuden autoridades, invitados y que sirve de escaparate para los sponsors sin los cuales no es posible organizar eventos de estas magnitudes. Dicho punto se encontraba en la acera de los números pares de Honorio Lozano desde el mismo Banco de Santander hasta el cruce con la calle de la Fuente. Todo muy apretadito y comprimido, pero lo cierto es que tampoco había mucho que ver, ya que la crisis que esta golpeando de forma tan fuerte a este deporte se deja sentir en los escasos patrocinadores que montan sus stands y los pocos productos que promocionan. Lo mas destacable eran las degustaciones de paella y migas (este ultimo plato, era patrocinado por Castilla y León), que debe ser uno de los patrocinadores mas fuertes de la prueba, ya que también esta en la salida, meta, podium, etc.… También había folletos turísticos de Vigo y de la Comunidad Castellano Leonesa, así como ejemplares del diario oficial (AS).
Sin embargo faltaba algo, no se veía la chispa que un día de fiesta como el que se estaba viviendo debía tener. Lejos en el tiempo aún perduran en muchos de nosotros los recuerdos de esa primera vez en que la Vuelta hizo escala en el año 87. Como teníamos que sobornar a los profesores para que nos dejaran salir antes de clase en el instituto para podernos acercar a la meta, que se situó en la Carretera de la Granja, en un día gris y plomizo que hizo que la cuneta de aquella carretera, aún de tierra, fuese un barrizal sobre el que no ocurrió una desgracia de milagro, ya que las vallas que se pusieron empezaron a ceder y a inclinarse. Se había asfaltado la línea de meta, que hasta ese momento era de adoquines, pero aún así no era el lugar apropiado para una llegada al sprint como la que se produjo aquel año, en el que el ganador en Villalba fue el irlandés Sean Nelly, mientras en la general, el “Jardinerito” Lucho Herrera ponía patas arriba a Colombia.
Aquel día, Villalba estaba siendo observada por millones de ojos desde muchos países como Alemania, Colombia, México, Italia, Francia, Bélgica, Holanda o Irlanda. Todos pudieron ver el desastre que se produjo en aquel día, donde los coches de equipo se quedaron bloqueados y la línea de meta fue un caos del que solo los más afortunados consiguieron salir rápidamente gracias a los helicópteros de las cadenas de radio y TVE. Aún parecen resonar los ecos del programa en directo que hizo José Maria García desde el Parque de las Bombas dando cera a la organización de la meta. Afortunadamente esos palos fueron felicitaciones en años posteriores cuando se subsanaron esos problemas.
Y permitirme que siga con el ataque de nostalgia, pero es que uno no vio el mismo ambiente que en aquellos años donde las emisoras de radio hacían sus programas en directo frente a miles de personas. Me imagino que ya no existe el “Superuno” de la Cadena Ser, como no existen Antena3 radio ni Cadena Rato, todas con sus trailers y sus mega despliegues, ahora todo se queda reducido a unas cabinas. Como tampoco vi ese ir y venir de bellas azafatas en lo que para muchas ha sido un trampolín. Que se lo pregunten a Leticia Sabater, que se hizo famosa en la Vuelta y que tenia a medio pelotón loco en aquellos tiempos, hasta el punto de hacerse famoso el acoso y derribo al que se vio sometida por un ciclista colombiano que se metía en todas las escapadas con el único propósito de lograr subir al podium para compartir un momento con ella.
Este sábado, salvo la excepción de un italiano del Lampre (quienes sino), no vi la famosa imagen previa al inicio de la etapa, del ciclista intentando ligar con la azafata, pero es que había crisis y no conté mas de siete (6 que eran las mismas que luego salían en el podium, que cambiándose la chaqueta servían para entregar cualquier maillot, no como antes, cada premio con su azafata) y otra con un paraguas dando vueltas arriba y abajo. Eso si, una de las del podium tuvo mucho trabajo firmando dedicatorias sobre su foto que aparecía en la famosa “ultima pagina” del AS. Al parecer a la gente le llamaba mas la atención la chica que la presencia de figuras ilustres de este deporte como Melchor Mauri (ganador de la general en el 91) o Fernando Escartin (segundo en 97 y 98).
Para terminar, decir que me tope accidentalmente con la anécdota del día, cuando un policía nacional no dejo pasar por no ser valida la acreditación para ese área al mismísimo concejal responsable de lograr el evento para el pueblo (Carlos López Acosta) y un personaje “satélite oscuro” del ayuntamiento desde hace años. Casi me troncho al ver como se quedaron los dos (la imagen es de cuando comenzaron a dar la vuelta desde la pared de piedra de Albasierra hasta la zona del Banco de Santander cruzando por Il Gelatto. Además la proximidad me permitía oír lo que iba diciendo el concejal, que hablaba por teléfono con alguien que le preguntaba por su ubicación a lo que el respondió que “Estoy dando mas vueltas que un maricón en el Rocío, porque la invitación que me has dado es una puta mierda, tenía que haber cogido las que tenía el jefe”. El caso es que al principio de la jornada corto la cinta inaugural de la prueba junto con el alcalde y el señor Ayuso de Unipublic.
Continuara…
El caso es que justo en esa mañana recibo un aviso a mi móvil para si quiero ver la Vuelta desde el punto de encuentro a lo cual accedo. Se trata de ese lugar a donde acuden autoridades, invitados y que sirve de escaparate para los sponsors sin los cuales no es posible organizar eventos de estas magnitudes. Dicho punto se encontraba en la acera de los números pares de Honorio Lozano desde el mismo Banco de Santander hasta el cruce con la calle de la Fuente. Todo muy apretadito y comprimido, pero lo cierto es que tampoco había mucho que ver, ya que la crisis que esta golpeando de forma tan fuerte a este deporte se deja sentir en los escasos patrocinadores que montan sus stands y los pocos productos que promocionan. Lo mas destacable eran las degustaciones de paella y migas (este ultimo plato, era patrocinado por Castilla y León), que debe ser uno de los patrocinadores mas fuertes de la prueba, ya que también esta en la salida, meta, podium, etc.… También había folletos turísticos de Vigo y de la Comunidad Castellano Leonesa, así como ejemplares del diario oficial (AS).
Sin embargo faltaba algo, no se veía la chispa que un día de fiesta como el que se estaba viviendo debía tener. Lejos en el tiempo aún perduran en muchos de nosotros los recuerdos de esa primera vez en que la Vuelta hizo escala en el año 87. Como teníamos que sobornar a los profesores para que nos dejaran salir antes de clase en el instituto para podernos acercar a la meta, que se situó en la Carretera de la Granja, en un día gris y plomizo que hizo que la cuneta de aquella carretera, aún de tierra, fuese un barrizal sobre el que no ocurrió una desgracia de milagro, ya que las vallas que se pusieron empezaron a ceder y a inclinarse. Se había asfaltado la línea de meta, que hasta ese momento era de adoquines, pero aún así no era el lugar apropiado para una llegada al sprint como la que se produjo aquel año, en el que el ganador en Villalba fue el irlandés Sean Nelly, mientras en la general, el “Jardinerito” Lucho Herrera ponía patas arriba a Colombia.
Aquel día, Villalba estaba siendo observada por millones de ojos desde muchos países como Alemania, Colombia, México, Italia, Francia, Bélgica, Holanda o Irlanda. Todos pudieron ver el desastre que se produjo en aquel día, donde los coches de equipo se quedaron bloqueados y la línea de meta fue un caos del que solo los más afortunados consiguieron salir rápidamente gracias a los helicópteros de las cadenas de radio y TVE. Aún parecen resonar los ecos del programa en directo que hizo José Maria García desde el Parque de las Bombas dando cera a la organización de la meta. Afortunadamente esos palos fueron felicitaciones en años posteriores cuando se subsanaron esos problemas.
Y permitirme que siga con el ataque de nostalgia, pero es que uno no vio el mismo ambiente que en aquellos años donde las emisoras de radio hacían sus programas en directo frente a miles de personas. Me imagino que ya no existe el “Superuno” de la Cadena Ser, como no existen Antena3 radio ni Cadena Rato, todas con sus trailers y sus mega despliegues, ahora todo se queda reducido a unas cabinas. Como tampoco vi ese ir y venir de bellas azafatas en lo que para muchas ha sido un trampolín. Que se lo pregunten a Leticia Sabater, que se hizo famosa en la Vuelta y que tenia a medio pelotón loco en aquellos tiempos, hasta el punto de hacerse famoso el acoso y derribo al que se vio sometida por un ciclista colombiano que se metía en todas las escapadas con el único propósito de lograr subir al podium para compartir un momento con ella.
Este sábado, salvo la excepción de un italiano del Lampre (quienes sino), no vi la famosa imagen previa al inicio de la etapa, del ciclista intentando ligar con la azafata, pero es que había crisis y no conté mas de siete (6 que eran las mismas que luego salían en el podium, que cambiándose la chaqueta servían para entregar cualquier maillot, no como antes, cada premio con su azafata) y otra con un paraguas dando vueltas arriba y abajo. Eso si, una de las del podium tuvo mucho trabajo firmando dedicatorias sobre su foto que aparecía en la famosa “ultima pagina” del AS. Al parecer a la gente le llamaba mas la atención la chica que la presencia de figuras ilustres de este deporte como Melchor Mauri (ganador de la general en el 91) o Fernando Escartin (segundo en 97 y 98).
Para terminar, decir que me tope accidentalmente con la anécdota del día, cuando un policía nacional no dejo pasar por no ser valida la acreditación para ese área al mismísimo concejal responsable de lograr el evento para el pueblo (Carlos López Acosta) y un personaje “satélite oscuro” del ayuntamiento desde hace años. Casi me troncho al ver como se quedaron los dos (la imagen es de cuando comenzaron a dar la vuelta desde la pared de piedra de Albasierra hasta la zona del Banco de Santander cruzando por Il Gelatto. Además la proximidad me permitía oír lo que iba diciendo el concejal, que hablaba por teléfono con alguien que le preguntaba por su ubicación a lo que el respondió que “Estoy dando mas vueltas que un maricón en el Rocío, porque la invitación que me has dado es una puta mierda, tenía que haber cogido las que tenía el jefe”. El caso es que al principio de la jornada corto la cinta inaugural de la prueba junto con el alcalde y el señor Ayuso de Unipublic.
Continuara…
La verdad es que López Acosta es todo un personaje. Siniestro, pero personaje. Pobre Villalba,
ResponderEliminarUn precisión: La primera vez que la Vuelta llegó a Villalba fue en 1986, con victoria en la general para Álvaro Pino. Fue la 13ª etapa, entre Destilerías Dyc y Villalba. En 1987, con el mismo trazado, ganó Pacho Rodríguez y, ahora sí, Lucho Herrera ganó la General.
ResponderEliminarEn cualquier caso, enhorabuena por el artículo. Muy sugerente para el lector ver cómo se las gastan ciertos concejales. Espero ansioso la continuación
Gloriosa frase, sí señor.
ResponderEliminarCon tu permiso, esa frase nos inspira el breve artículo de hoy.
En un tarjeta presentación a los vecinos figura como único logro profesional su solteria es todo un mostruo del trabajo
ResponderEliminara esto se llama, valga la rotondancia, estar en el momento adecuado y en el sitio justo
ResponderEliminarY tanta rotondancia, que era justo la vuelta al pilon lo que le toco dar.
ResponderEliminarPor otro lado, lo de si se trata de un año u otro parece ser que me ha traicionado la memoria pero juraria que fue en el instituto donde tuvimos la pelea para poder salir con tiempo de clase y poder ver el fin de etapa. En cualquier caso, tiempos mejores.