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lunes, 25 de abril de 2016

Otro susto más

Imagen del paso antes de la obra del cambio de firme
Aún a riesgo de volverme repetitivo y cansino, vuelvo a escribir de un tema al que ya he dedicado varias entradas en el blog e incluso una petición de firmas.

Tal vez mis intereses e inquietudes no coincidan con los de mis vecinos, pero en este caso considero que se trata de algo muy importante, pues se trata de la seguridad de todos los que transitamos por ese punto del pueblo.

Y es que hace un par de meses recibí con sorpresa y alegría el que decidiesen poner bolardos en la salida del túnel de Honorio Lozano hasta el mismísimo paso de peatones que hay a escasos metros. 

Con esta acción tan simple se eliminaban una parte de los peligros que encerraba ese punto negro del tráfico villalbino, pues los coches ya no podrían hacer el cambio de sentido de forma directa justo en la boca del túnel, sino que al menos tendrían que avanzar hasta el paso de cebra próximo. Por otro lado, los coches que iban a nivel de superficie, tendrían que recorrer unos metros paralelos a los que salían del túnel, lo que aumentaba la visibilidad de unos y otros a la hora de confluir ambos flujos circulatorios en un único carril.

Hasta ahí todo bien, pero claramente insuficiente con arreglo a lo que se podría haber hecho cuando se hizo la última obra en esa calle en lugar de construir una pasarela absurda.

Y es que la semana pasada volví a presenciar en primera persona como un coche de los que salían desde el túnel, al salir acelerando del mismo, no frenaba delante de un peatón que ya estaba cruzando. Afortunadamente los reflejos del peatón, le hicieron ver el peligro y se paró en mitad del cruce lo que le evitó ser arrollado, pues se quedó a escasos centímetros del coche que salía del túnel. Recordemos que antes existían unas bandas a la entrada del túnel para evitar que los coches entrasen a gran velocidad, pero actualmente no las hay ni en el sentido de entrada ni en el de salida. Seguramente un badén o unas buenas bandas al estilo de las que hay en Majadahonda, habrían propiciado que ese coche no hubiese salido acelerando de esa forma del túnel (y eso que no llevaba la velocidad a la que nos acostumbran otros conductores macarras tan habituales en nuestro municipio) y el peatón no se hubiese llevado el susto que se llevó. Recordemos que vamos hacia el verano, época en la que los deslumbramientos aumentan la peligrosidad de dicho lugar.
Aspecto tras la colocación de los bolardos


Lo llevo diciendo desde hace mucho tiempo, esto fue solo un susto, pero ya ha habido varios alcances y algún atropello menor ¿seguimos esperando a que pase algo gordo? La inclusión de los bolardos ha supuesto una pequeña mejora que se agradece, pero no deja de ser un pequeño parche a una situación bastante más importante y que tiene fácil solución. Además, recomiendo a los responsables del área que se den una vueltecita y vean que no tardando mucho, los gamberros de turno que campan a sus anchas por nuestro municipio, terminaran por quitar los bolardos, pues ya faltan un par de ellos. ¿Para qué sirve la cámara de vigilancia que hay situada justo en ese punto? ¿De qué sirven las ordenanzas municipales si no se vigila su cumplimiento? Esa es una de las grandes asignaturas pendientes de este pueblo.

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