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lunes, 4 de abril de 2016

Caballo de Troya


Esta crónica bien podía haber tenido el título de otro libro “Crónica de una muerte anunciada”, Y es que a muchos no nos ha pillado por sorpresa ni mucho menos, el affaire de la “concejala rebelde” de C’s.

Pero para que se entienda mejor mi posición, habría que retroceder hasta la pasada campaña electoral. Estaba claro que C’s no tenía ni el aparato, ni medios ni la base de afiliados que tenían otras formaciones, pero sorprendía de forma muy importante el hecho de que apenas hicieron movimientos destacados ni avances de programa electoral, todo lo más, reparto de cuatro folletos y globos en puntos estratégicos y en días muy concretos. Todo ello muy poco para una formación que aspiraba a un resultado importante. La explicación que se daba era que se tenía que dar el visto bueno desde la sede de Barcelona, algo que ya empezó a no gustar a parte de su militancia, que veía como el tiempo corría en su contra. Terminó la campaña y a duras penas hubo un par de actos vacíos de contenido y calcados el uno del otro.

Estaba claro que con ese panorama todo se fiaba al cabeza de cartel, pues el resto de la lista salvo un par de nombres, resultaban totalmente anónimos para el resto de vecinos del municipio. En principio no era mala carta de presentación, pues se le suponía una persona con conocimientos de política, pero rebotado de “la vieja política”. Aunque a falta de un par de semanas de las elecciones y ya en plena campaña política, sorprendía la apatía mostrada por Julio Henche.

Y llegaron las elecciones y el resultado fue superior al esperado y con el aliciente de convertirse en la llave de la gobernabilidad, una situación de ensueño antes de comenzar la campaña.

Sin embargo tras el primer pleno (el de fijarse los sueldos) muchas cosas cambiaron en el seno de la formación naranja. Fueron muchos los simpatizantes e incluso los militantes del partido, que vieron traicionado su voto a raíz del resultado del pleno, pues se aprobaron cosas totalmente opuestas a lo que se suponía el ideario C’s. Hubo profundo malestar entre algunos de los que estuvieron dando la cara en las redes sociales y haciendo la campaña puerta a puerta, pues al final era su cara la que la gente identificaba como “la cara de la traición”.

Y fue aquí donde empecé a elaborar mi teoría de que Julio Henche podía ser un “Caballo de Troya”. Estaba claro que la fuga de votos del PP iba a ser recogida principalmente por la formación naranja, que además se vería también reforzada en Collado Villalba por ser la recolectora del voto magenta del 2011. Se podía llegar a pensar a raíz de lo votado en los primeros plenos, que Julio Henche había sido el perfecto Caballo de Troya que desactivaría todo atisbo de oposición radical hacia el gobierno del PP local. Y esta tesis cada vez la he visto más reforzada con decisiones difícilmente explicables. Si se me apura, Julio Henche ha sido mejor oposición de la oposición que del equipo de gobierno. Y es que los enganchones con Juan José Morales se repiten una vez tras otra, mientras no se le ha visto emplearse con la misma vehemencia contra el PP. Y miren ustedes que no creo ser sospechoso de apoyar al partido del puño y la rosa y menos al Josepablismo.

Así pues, en este marco de división interna, la situación se ha ido haciendo cada vez más insostenible. Muchos se preguntaran ¿Por qué salta ahora el asunto y no hace meses? Supongo que por no dañar la imagen del partido a una escala mayor. Hay que tener en cuenta que la gente que simpatiza con la concejala de Ciudadanos, no renuncia al ideario del partido y consideran que ellos si respetan su esencia. Pero la cosa ha ido derivando a peor, hasta el punto en el que en algunas de las reuniones y actos de las áreas de representación que se le habían encomendado a la concejala, la representación del partido ha sido la de otro concejal o incluso la de un militante no electo por no haberla avisado o negársele la capacidad de representación.

Así pues, son muchos los que se plantean si el voto de Mónica Díaz en conciencia el pasado jueves, no va más en la línea de Ciudadanos o representa mejor el espíritu del partido, que la línea oficial de Julio Henche.

Cada uno como vecino, simpatizante o militante, que saque sus propias conclusiones, pero ahora ya están todas las cartas sobre la mesa y no tardaremos en ver retratados a los jugadores de la partida.

Muchos son los cantos de sirena que le llegaran a la concejala al objeto de votar una moción de censura. En su mano estará el escucharlos y aceptarlos o seguir en la oposición y siendo la llave de gobierno y quién sabe si la que se haga con el cetro del gobierno de la formación naranja o abanderando una nueva plataforma vecinal de la mano de los marginados en C’s.


El tiempo nos lo dirá.

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