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lunes, 31 de mayo de 2010

Aspecto desolador.


Parece que fue ayer cuando las obras de Honorio Lozano cambiaron la fisonomía del pueblo y su futuro, mas incluso ahora con las “medidas de urgencia” decretadas por el gobierno para meter en cintura a los municipios y su endeudamiento. Por cierto, que nuestro querido alcalde ya ha mostrado su postura al respecto diciendo que los ayuntamientos son los que van a pagar el pato de este desaguisado cuando hay otros actores en la obra con mayor protagonismo, refiriéndose a las comunidades autónomas. Es más, ha llegado a decir que el problema del déficit público en España se llama Madrid, Valencia y Ayuntamiento de Madrid. Hasta el primer punto coincido, pero no en lo segundo, creo que el mayor problema que hemos tenido los españoles ha sido una clase dirigente que ha confundido el servir a sus instituciones con servirse de ellas. Y no me refiero a que hayan robado o cometido delitos, que está claro que algunos lo han hecho y en todos los bandos, sino a la toma de medidas que les asegurasen la poltrona a pesar de ser perniciosas para el futuro a medio y largo plazo.


Pero volviendo al punto de arranque del articulo del día, el aspecto que presenta Honorio Lozano es sencillamente deprimente y un espejo que refleja cruelmente los efectos de la crisis y de una obra que ha sumido en la quiebra a un gran número de comercios. Y es que si bien los locales que están en el primer tramo (el comprendido entre la Calle Real y el comienzo de la salida del túnel) parece que aun conservan un buen número de clientes, los que están a partir de la citada salida, están casi todos cerrados víctimas de la falta de peatones que transiten la calle y de la falta de aparcamiento. De esta manera hemos visto como poco a poco han ido cayendo tiendas de manualidades y artesanía, alfombras, zapaterías y algún bar, entre los cuales destaca el legendario “Lord King”, un icono con casi 30 años a sus espaldas y que no ha sabido envejecer y que ha terminado cerrando como es probable que lo haga su “hermana” “La Fragua del Rey” si no reacciona a tiempo.

Lo cierto es que la segunda arteria principal de Collado Villalba (a la par con Batalla de Bailen), ha dejado de ser un foco de interés comercial y eso le hace resentirse al pueblo y al conjunto del comercio de este. Es un poco como la pescadilla que se muerde la cola, si no hay transito no se puede vender, pero si no hay nada que ver ¿para qué ir allí? Esta es la realidad con la que tienen que convivir los comerciantes villalbinos y a la que tienen que hacer frente si quieren salir bien parados de los años que se avecinan. No sé qué acciones deberían acometer tanto CYE como ADEC, pero deberían ponerse a remar en la misma dirección cuanto antes por el beneficio de sus asociados, los cuales también deberían ponerse las pilas y ser mucho más eficientes de lo que lo son en algunas ocasiones. Sin ir más lejos, llevo una semana esperando el precio de una batería para la cámara de fotos en una conocidísima tienda de fotografía del centro y como podéis suponer ya no espero que me contesten, lástima que en el Corte Inglés no la tuvieran el sábado cuando baje a Madrid, pero tengo asumido que al final en contra de mi deseo me tocará bajar como mínimo hasta Majadahonda. Y es que el desastre del comercio local no tiene un único culpable, aunque en este caso, en el pecado lleva la penitencia.

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