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miércoles, 25 de abril de 2018

La Movida (VI), factores irrepetibles.


Foto de quienesquienvillalba.es
Lo prometido es deuda y por ello me dispongo a seguir desgranando lo que yo creo que son algunos de los motivos que precipitaron el fin de la época dorada de “la movida villalbina” y por los que resulta casi imposible el que un fenómeno así pueda volver a darse en nuestro municipio. Pero antes permitirme que os recuerde que sigue abierto el sondeo sobre el tema estrella del mes, la reforma de la Plaza de los Belgas.

Pero centrémonos nuevamente en la movida.

Hasta finales de los años 80, Collado Villalba contaba con el único Instituto de Bachillerato de la zona, el Jaime Ferrán. Esto hacía que hasta nuestro municipio llegasen estudiantes de todos los pueblos vecinos como Moralzarzal, Cerceda, Collado Mediano, Becerril, Guadarrama, Alpedrete, etc.

No fue hasta el curso 87-88 que abrió sus puertas el instituto de Guadarrama, cuando el Jaime Ferrán dejó de ser el único centro público de bachillerato de la zona. Como anécdota, en el curso 86-87, se llegó hasta 1ºK, dándose clases incluso en “la pecera”, aula llamada así por su acristalamiento y todo ello con clases de 40 alumnos.

Esto era consecuencia lógica de la llegada de los hijos del “Baby Boom” a la adolescencia y del trasiego migratorio de las provincias a la periferia de Madrid. Pero si nos referimos a los términos de “la movida”, lo realmente relevante es que toda la adolescencia serrana estaba comunicada por el nexo común del Jaime Ferrán. Todos teníamos amigos o conocíamos a buena parte de los chavales de nuestra edad de los pueblos vecinos.

Y hablar del Jaime Ferrán, es también hablar de las fiestas en las discotecas de Villalba para poder sacar fondos para el viaje de fin de curso. En aquellos años los jóvenes no disponían de pagas que pudiesen permitir el típico viaje a Roma de los estudiantes, pues eran sus mismos padres los que no podían permitirse un desembolso repentino tan importante. Recordemos que por aquellos años, lo más normal era que en la unidad familiar entrase un solo sueldo, la generalización de la “mujer trabajadora” aún tendría que esperar unos añitos.

Así que si se quería ir de viaje, el estudiante tenía que sacar fondos por sus propios medios y uno de los más extendidos fue el de la venta de las entradas para las fiestas de los viernes en una discoteca villalbina. Normalmente no había fiesta ni nada especial, simplemente era un acuerdo entre la discoteca y los organizadores del viaje de ese año, por el que se rebajaba el precio de la entrada + consumición a cambio de llevar hasta allí a toda la chiquillería del instituto. Negocio redondo para ambas partes. ¿Quién no recuerda Botticelli hasta arriba y sus vapores condensados goteándote a mitad de la noche?

He mencionado anteriormente el factor demográfico. Es cierto que Collado Villalba y toda la Sierra del Guadarrama han visto su población duplicada o incluso triplicada en algunos casos, sin embargo el envejecimiento de la misma, aun siendo menor que la media nacional, es algo incuestionable. Está claro que ya no hay tanta población joven en nuestro municipio como para poder llenar esas macro discotecas que teníamos por aquellos años. Y más si tenemos en cuenta otro componente íntimamente ligado al demográfico, la inmigración.

Durante las tres últimas décadas, Collado Villalba no ha parado de recibir emigrantes de fuera de las fronteras de nuestro país, lo que ha añadido una variedad o dispersión cultural que no facilitaría una hipotética resurrección de algo que pudiese parecerse a la movida. En los años álgidos del fenómeno, existía una evidente variedad cultural y existían tribus urbanas como puedan existir ahora. Estaban los “heavies”, “rockers”, “maquineros”, “pijos” y una gran masa sin catalogar, pero más o menos coexistíamos sin aparentes problemas. Existían garitos claramente etiquetados para algunas de esas tribus, pero en la mayoría de los locales de la época o al menos en los de más éxito, se iban secuenciando las músicas de bandas que abarcaban un gran espectro musical. Se iban sucediendo canciones de Depeche Mode, U2, Dire Straits, Bruce Springsteen, Héroes del Silencio, Loquillo, etc.

Loquillo "lo petaba" en aquellos años.

Ahora se me hace un tanto difícil que un amante del rock trague con el reggaetón o el electro latino o con sus variantes de los países del norte de África. Si bien en la convivencia hay una integración más o menos alta, en el aspecto cultural una buena parte de estos nuevos vecinos no han aceptado nuestros gustos musicales. Quién nos iba a decir por aquellos años que iba a ser más importante la lista de éxitos de Colombia o Miami que lo que saliese de las islas británicas.



Ejemplo de hit del momento

No quiero que se vea esto como un factor xenófobo, pero evidentemente, es innegable que es otro factor a dificultar la resurrección del fenómeno. La diversidad cultural actual, choca frontalmente con la uniformidad y tolerancia cultural de aquellos años. Poca música y ambientes de consenso existen en los días que vivimos.

Continuará…

miércoles, 11 de abril de 2018

Camino de un error histórico


La actualidad manda y me veo forzado en cierto modo a alterar la planificación sobre la siguiente entrada al blog, así que permitirme que retome el tema del punto de inflexión entre el éxito de la movida y su ocaso en futuras entradas.

Y es que el otro día el Ayuntamiento nos sorprendió a casi todos con la convocatoria de prensa para presentar el concurso de ideas para remodelar la Plaza de Los Belgas.

Aunque todos sabemos que ya estamos a las puertas de una nueva campaña electoral y que todos los partidos empiezan a sacar su artillería y más el que ocupa la casa consistorial, pues puede rentabilizar más todo lo que haga y aprovechando que  parece que en lo económico el Ayuntamiento respira un poco (a cambio de seguir asfixiando al sufrido contribuyente), nadie esperaba que esta fuese a ser una de las propuestas estrella del cierre de legislatura.

Y es que dentro del abandono y deterioro del estado de las infraestructuras de Collado Villalba, no era esta la que más destacaba. Cierto es que existen algunas cosas que se podrían mejorar, pero de ahí a una reforma integral de la plaza y a ese precio (más de 1.6 millones de euros), creo que hay un mundo.

Pero claro está que a estas alturas empieza a ser necesario el hacerse fotos y hay cosas que venden más que otras, aunque a la larga queden como testigos mudos de los gravísimos errores de la gestión pública que acumula nuestro pueblo.

Precisamente, este fin de semana vinieron hasta aquí un par de amigos y comentábamos el aspecto de Villalba un sábado por la noche. Calle Real a poco más de las 23:00 y parecía que estuviésemos en un pueblo fantasma con toda la hostelería del centro echando el cierre o a punto de ello.

Y justo en el semáforo de El Mirador, me paré a explicarles un poco el desmadre que nos ha llevado hasta esta situación. Allí y con el famoso túnel bajo nuestros pies, se puede ser testigo de algunos de los mayores despilfarros que no hay manera de encontrar justificación a ellos.

  • Dejemos el túnel a un lado y mirando a la izquierda tenemos la famosa fuente que nadie recuerda cuando funcionó por última vez, ¿despilfarro de agua? ¿problemas técnicos para su puesta en marcha? ¿daños en la infraestructura del puente?
  • Justo casi sobre nuestras cabezas la famosa pantalla led a la que tampoco se le recuerda uso alguno. ¿No se realizan contenidos? ¿está rota?
  • Giremos la cabeza a la derecha y veremos la pasarela a ninguna parte. Esa pasarela que está a escasos 100m de un paso de peatones y que con el zigzag para evitar el desnivel no aporta ventaja alguna para el peatón.
  •  Y si gozas de buena vista, igual puedes llegar a divisar la ¿fantástica escultura? que fue bautizada con el nombre de “Vigía del Collado”. Un mojón en toda regla.


¿Qué les parece el asunto?

Porque a mi particularmente, me parece que la remodelación de La Plaza de Los Belgas puede situarse en lo más alto del pódium de los disparates. Recuerden que el túnel lo hemos dejado fuera de concurso.

Y es que creo, como la mayoría de los vecinos a tenor de lo visto en las redes sociales, que esta obra no es necesaria en este momento, que hay otras acciones más urgentes.

Si lo que querían era un legado de la legislatura, recordemos que está en marcha la ampliación del Kike Blas, podrían haber tirado por la construcción de un nuevo espacio cultural, el famoso teatro tan demandado en nuestro pueblo ya que la Casa de la Cultura ha quedado algo más que obsoleta. ¿Qué fue de la idea de rehabilitar la Casa de la Malvaloca? ¿O se tiene previsto dejarla morir víctima del abandono?

Pero es que ya ni tan siquiera apunto tan alto. Nos han vendido durante tantos años que hay telarañas en las arcas, que ahora todos apostábamos por lo más básico. Arreglo de aceras (la Avda. Juan Carlos I existe más allá de la Casa de la Cultura, la puerta sur de la Estación de FFCC es como caminar por la atracción del Mississippi…), un plan integral de asfaltado de calles, pues rara es la que no presenta parches o hundimientos que darán mucha guerra en los próximos años, la renovación y cambio de los actuales contenedores de basura por otros más modernos, o la recuperación de algunos espacios públicos como los jardines y parques infantiles ya existentes. Por no hablar de la limpieza, la gran asignatura suspensa y con un muy deficiente, de nuestro actual consistorio.

Y es que ya no se trata solo de que sea un derroche en estos momentos, sino que se trata de algo difícilmente mejorable mas allá de un asfaltado y poco más, pues la importancia de esa plaza, radica en que se trata del mayor espacio diáfano en el centro del pueblo y sobre suelo no protegido, lo que hace que sea el único lugar para poder desarrollar grandes eventos o la ubicación del tradicional mercadillo. Este factor hace que la remodelación de la plaza quede limitada a sustituir las pirámides del lateral por otro tipo de ornamentos y como mucho a la colocación de cuatro macetas y tres “arboles palulú” o de lo contrario la funcionalidad de la plaza se la cargarían y esta se debe preservar si o si.


Video presentación estraido de "La Voz de la Sierra"

Y si lo que les preocupa es que el famoso pino del centro de la misma (una de las pocas referencias con cierta historia que le quedan al pueblo) este levantado el pavimento con sus raíces, más les debería preocupar el estado de los árboles del paseo del rio, que son chopos viejos a los que apenas se les hace seguimiento y que cualquier día de viento nos pueden dar un  disgusto. De los árboles plantados hace dos años en el interior de la dehesa mejor no hablar, pues pasaron a mejor vida, por lo que si nos venden que quieren darle un toque de naturaleza a la plaza, no muerdan el anzuelo.
Señora alcaldesa, espero que no sea tan tozuda como suelen ser los políticos y escuche el clamor de un pueblo que está pidiendo que ese dinero se emplee en cosas más útiles para el día a día de los ciudadanos.

Os dejo un par de encuestas para palpar el sentimiento general respecto de este tema de actualidad.





miércoles, 4 de abril de 2018

La Movida (V) Entre el cielo y el suelo...


La anterior entrada reflejaba el punto álgido de la movida Villalbina y su mejor versión, pero ¿Qué ocurrió después?

La movida siguió aún unos años más de pleno auge en el municipio y de hecho, creció todavía algo por dos vías.

La extensión de las “manchas” de las zonas calientes. Esto es, alrededor del Edificio Europa, por sus calles colindantes salieron otros locales que también daban cabida a otro buen número de clientes cuando en sus horas punta estos locales estaban llenos, incluso rebasando peligrosamente sus aforos. Pensándolo ahora con tiempo, ¿Qué habría pasado si se hubiese dado una situación de emergencia en el Edificio Europa en hora punta? Recordemos que fue concebido como un edificio de oficinas, no como lo que finalmente fue.

En la zona de Pradillo Herrero se abrieron bares en casi todas sus calles, aunque está claro que la palma se la llevaron Las Cubas y Fresh con permiso de El Portón, que curiosamente fue el último en hincar la rodilla por la zona. 



Y una segunda vía  con la apertura de los locales del centro comercial Puerta de Villalba o como lo conocemos comúnmente “El Ecore”, en referencia al comercio que abrió allí y que también supuso un pequeño hito. Evidentemente, nos referimos al Piano Bar y a La Frontera. Curiosamente dos de los pocos reductos que aún quedan de aquellos años en los que decir que eras de Collado Villalba era sinónimo de ser un tío con suerte si eras un adolescente, pues se te presuponía que tenías la diversión asegurada.

Estos dos locales fueron ganando peso conforme fueron cerrando otros locales y ellos aguantaron el tirón. Evidentemente las facilidades de aparcamiento y el cerco que se llevó a cabo a los locales del centro del pueblo tuvo una importancia capital para que estos locales de tamaño mediano lograran consolidarse. Alejados del centro, pero sin tener que meterse en carreteras.

No éramos conscientes en aquellos tiempos, pero poco a poco el sueño se desvanecía y Collado Villalba iba perdiendo su glamour y su tirón. Los factores eran variados y habrá que desgranarlos en varias entradas, pues de igual forma que el fenómeno creció poco a poco, el declive también se llevó a cabo de una forma paulatina.
¿Qué hizo que no quede prácticamente nada de lo que fue la vida nocturna de Collado Villalba?
La movida estalla siendo Collado Villalba aún un pueblo donde la segunda residencia tenía aún muchísimo peso. Gustase o no, Villalba era un pueblo en el que el fenómeno del veraneante era muy importante, pero a su favor jugaban varios factores que otros de la zona no tenían, sus comunicaciones.

En los años 80, la frecuencia de autobuses era muy inferior a la de ahora y en el caso de los trenes, era de menos de la mitad con respecto a nuestros días. Y por supuesto, no existían los búhos.  Pese a ese déficit de infraestructuras con respecto al panorama actual, lo cierto es que Collado Villalba tenía en aquellos días un diferencial enorme con respecto a los pueblos de la zona.

Foto extraida de QuienesQuienenVillalba.es 

Como he comentado unas líneas más arriba, es entre la década de los 80 y la de los 90, cuando Villalba comienza esa mutación que le llevará a pasar de ser un pueblo a una ciudad dormitorio. Los pisos de las urbanizaciones empiezan a pasar a ser primeras residencias y poco a poco se van llenando las dos macro urbanizaciones del pueblo, Las Suertes y El Parque de La Coruña.

Evidentemente, se llenan de población más o menos joven o con familias con más de dos hijos de media, lo que hizo que se disparase la población joven. Recordar que se tuvieron que duplicar el número de colegios en pocos años para dar respuesta a la demanda de escolarización.

Así pues, Collado Villalba se situó en esos años con una gran masa de población joven, es decir, de población que demandaba sus espacios de ocio, lo que unido al fenómeno del veraneo, disparaba aún más esa demanda.

Esa población joven de los años 80 y 90, alcanzaba su independencia “motora” mucho más tarde que en la actualidad. Hay que tener en cuenta que sus padres aún provenían de la cultura del ahorro de los años del franquismo y que muchos de ellos no tenían dinero para pagar el carnet de conducir al chaval. Además, el coche era “familiar” y no me refiero al tamaño, sino que era una inversión de la familia, un coche por familia y punto, y eso donde lo había, que era aún bastante común el ver familias sin coche. Así que el chaval que se olvidase de tener su propio coche hasta tener un trabajo estable.

Y claro está, sin coche y con un transporte como el de aquellos años, no llamaba lo de bajarse a Madrid ni irse a otros pueblos como Majadahonda o Pozuelo, que también tuvieron varias zonas de ocio pujantes en “aquellos maravillosos años”. Así pues, si teníamos un ocio de calidad y estábamos “secuestrados” en nuestro pueblo, que mejor que disfrutarlo.

(Continuará…)