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martes, 31 de mayo de 2016

Andraga, pioneros serranos



Si algo me ha dejado claro la entrada precedente del blog a juzgar por la acogida de la misma, es que Collado Villalba es un pueblo que vive en el recuerdo y en la nostalgia de un tiempo que tal vez no fue mejor, pero que si auguraba un futuro bastante más positivo que nuestro presente y seguramente que nuestro futuro. No sé hasta qué punto es bueno vivir siempre recordando el pasado, pues más bien soy de los que creen que cada cierto tiempo hay que mirar hacia atrás para aprender las lecciones que nos da y no resignarnos a la autocomplacencia, algo que se nos da muy bien. Quejarnos y que sean otros los que nos saquen las castañas del fuego e inventen soluciones.

Por eso, cuando alguien tiene una idea nueva sustentada en un proyecto a medio o largo plazo y que supone un grado importante de innovación, me parece que lo mínimo que hay que hacer es apoyar esa idea, aunque en un primer momento sea un poco quijotesca. Otra cosa es auspiciar delirios megalómanos.

Tal vez hace tres años, el proyecto del Club Andraga de gimnasia acrobática fuese un proyecto quijotesco, aunque llegase de la mano de una persona de ascendencia búlgara. Pero a día de hoy es un proyecto innovador no solo de futuro, sino una  bonita realidad.

A más de uno nos ha costado ubicar a la gimnasia acrobática (disciplina a la que se dedica este club) entre la gimnasia rítmica y la deportiva, que son las dos disciplinas más conocidas para el profano, no sé si por ser las dos olímpicas.

Lo cierto es que poquito a poco y sin prisa, pero sin pausa, el Club Andraga se ha conseguido hacer un importante hueco dentro de nuestro municipio como lo demuestra el que cuenten con más de 150 niños entre actividades extraescolares, escuela y club deportivo. Además de estar presente en Moralzarzal.

Y todo ello pese a la falta de medios para poder desarrollar su actividad, pues las instalaciones no reúnen las condiciones para poder ser competitivos. No tener un suelo de calidad y un lugar de entrenamiento de las dimensiones sobre las que luego hay que competir, limita mucho el rendimiento y la progresión de los gimnastas. Aún así, los resultados están comenzando a llegar y este año en el Campeonato de España, la pareja junior compuesta por Blanca Domínguez y Elena Faura, lograron la primera medalla en este campeonato para el club con un bronce. Una medalla que tal vez tenga un cierto gusto agridulce, pues el ejercicio no les salió tan bien como en otros campeonatos anteriores al de España, como por ejemplo en el Primer Open de Gimnasia Acrobática de Collado Villalba, otra fecha importante sin duda en la corta historia de “nuestro club”, pues supuso traer a gimnastas de muchos puntos de la geografía nacional hasta el pueblo y ponerlo en el mapa como referente de la gimnasia acrobática.

Pero en Valencia también se puso de manifiesto la clara mejoría de los participantes serranos con respecto al año pasado. Puede que esto sea el principio de un largo camino de éxitos o no, pues a partir de ahora al club le toca lidiar con nuevos hándicaps hasta ahora desconocidos. Llegados hasta la posibilidad de presentarse a los campeonatos importantes, ahora toca competir, y difícil será la formación de parejas realmente competitivas si la base no crece de forma sustancial. Del  mismo modo, toca la difícil misión de los entrenadores de gestionar “éxitos y fracasos”. Hasta ahora todo ha sido mirar hacia delante y con los mismos compañeros. Tal vez ahora la cosa se complique si para lograr una pareja más competitiva hay que separar a gimnastas que llevan entrenando juntos dos o tres años, sin que ello suponga una quiebra en la harmonía que hasta ahora ha existido no solo entre los críos, sino también entre los padres y los entrenadores, pues todos remaban en la misma dirección.
Y todo ello en unas instalaciones de hace más de 30 años, que no reúnen precisamente las mejores infraestructuras para el desarrollo de una actividad tan específica como lo es la gimnasia acrobática.



Pero lo dicho, no caigamos en la autocomplacencia y el victimismo, y tratemos de dar un empujoncito a un proyecto nuevo, un proyecto que ha colocado a Collado Villalba no solo como Capital de la Sierra en esta disciplina, sino como capital autonómica, pues lo logrado en Valencia hace unas semanas por Blanca, Elena y todo el equipo capitaneado por Dennitza Nicolova, es un hito en esta disciplina a nivel autonómico. El camino será largo y plagado de dificultades, pero el éxito será por ello doblemente dulce.


miércoles, 18 de mayo de 2016

La Movida III (El segundo gran foco)


Imagen de "www.quienesquienenvillalba.es"
Retomando las entradas publicadas ya hace un tiempo (I y II), vamos a adentrarnos en lo que fueron los años gloriosos de la Movida Villalbina. Si, esa movida que conseguía atraer no solo a los jóvenes de los pueblos limítrofes, sino que en las épocas estivales, conseguía traer a buena parte de los jóvenes que no abandonaban la capital.

Lo habíamos dejado en el punto en el que el “barrio vaticano” era el punto neurálgico “de calentamiento” previo a la subida a las discotecas de la vía de servicio, por aquel entonces Porche y Pachá.

Pero en esas circunstancias, la masa no paraba de fermentar, lo que dio origen a nuevos focos de atracción para la aparición de nuevos locales de ocio nocturno en nuestro pueblo. Había pastel suficiente a repartir para todos.

La principal zona alternativa a la que originó el fenómeno de la movida, fue la que luego fue conocida como la zona del Edificio Europa. Un edificio que fue concebido para oficinas y que terminó siendo un edificio con varias decenas de pequeños locales de copas. Pero antes de que esto sucediese, ya existían por la zona otros locales que forman parte de la memoria de los que por aquel tiempo éramos jóvenes. Seguramente el más famoso fue Borsalino, famoso por sus minis de calimocho con un dedo de azúcar, su terraza y su trilogía de despedida, pues siempre cerraban el local con la misma secuencia musical (Hotel California, Love Song (The Blade Runner) y New Kid in Town).

Después aparecieron otros locales que alcanzaron tanta o más importancia como Choice y en torno a estos, un sinfín de bares como Carioco, Cocktail… y finalmente el ya citado Edificio Europa. Quién podía imaginar cuando unos osados abrieron un pequeño local de copas en una segunda planta de un edificio, aquello iba a terminar así. No recuerdo si fue el primero, pero sin duda fue el más carismático del edificio el Topete, aunque también destacaron otros como Stadio.

Y a todos estos sitios hay que sumar algún que otro local que había por ahí suelto como El Divino (en el Parque de La Coruña). Un local con música alternativa a las músicas que se ponían por el resto de locales. Muy en plan Radio 3.

Imagen de "www.quienesquienenvillalba.es"
Tratar de hacer un inventario de los locales de estas características que había en Collado Villalba en la primera parte de la década de los noventa se hace misión imposible, tanto por el número, como por el continuo cambio de nombre de algunos de ellos. Pero lo cierto es que hasta esos años, apenas hubo cierres y no paraban de abrirse nuevos locales que no dejaban de atraer a más y más público que llenaban de vida las calles de nuestro pueblo.

Otra cosa eran las molestias que se generaban por esas masas incontroladas de gente en las calles. Basura, malos olores, ruido… Y todo ello en el mismísimo centro del pueblo, algo que no se podía permitir. Muchas veces se habló de que se iban a llevar parte de estos negocios al polígono, donde las molestias serían menores, pero los dueños no se atrevieron a dar el paso y terminaron cerrando todos poco a poco. El éxito de estos locales era el que podías ir hasta ellos andando y cambiar de uno a otro sin necesidad de vehículo. Recordemos que por aquellos tiempos no eran muchos los menores de 25 años con carnet y coche y desde la DGT, se comenzó a perseguir el consumo de alcohol al volante, algo que ha salvado muchas vidas desde entonces.

Es lógico que los dueños de esos locales prefiriesen apurar sus oportunidades antes de arriesgarse a una aventura fuera del núcleo urbano. Algunas discotecas como Volumen o Fax lo intentaron, pero no fueron capaces de vencer el hándicap de salir al extrarradio.

Pero todavía queda mucho por desgranar de aquellos maravillosos años, pues estos locales cerraban a eso de las 2:30 y como en la película, Villalba estaba abierta hasta el amanecer.